La edificación sostenible es una de las más importantes transformaciones sociales, económicas y culturales de nuestro tiempo porque, además de una obligación medioambiental, es una forma de progreso que devuelve a la edificación su compromiso con las personas y el medio que lo rodea.
El cambio climático y la escasez de recursos, entre otros factores, han generado una creciente concienciación, tanto en ciudadanos, proyectistas como promotores, acerca de estos problemas medioambientales. En esta línea, una parte del mundo de la construcción, se ha propuesto ir más allá de seguir unas “buenas prácticas” sino que se propone alcanzar logros reales, cuantificando el ahorro de los recursos, confort y seleccionando los materiales según criterios medioambientales y de calidad real de la edificación.